domingo, 2 de noviembre de 2008

El Robin Hood de los ricos

En una bella comarca, donde los árboles crecen frondosos hasta alcanzar alturas insospechadas, donde los ríos corren apacibles sin más disturbios que el alegre canto de los pajarillos... existía un hombre. Un hombre capaz de todo por lograr sus principios. Un hombre llamado (redoble de tambores) ¡Alberto Núñez Feijoo! Ourensano (para más inri...), líder del PP gallego, este honesto hombrecillo se ha propuesto sabotear las obras del AVE hasta Galicia. Y es que, en tiempos de crisis, de algún sitio hay que recortar presupuestos. Y, como no, si se pueden recortar del culo del mundo, no los recortemos del ombligo (y de paso nos queda un culito más escultural). Desde luego, la propuesta salió del gobierno central del PP, que decidió que entre sus críticas al Partido Socialista estaría la de la gran cantidad de dinero invertida en una obra que se nos lleva prometiendo a los gallegos más de 4 años. El PP gallego, que hace unos días afirmaba que "se alegra no obstante de que por fin haya consignados 250 millones para el trayecto de AVE Lubián-Ourense, una reivindicación por la que llevamos años peleando", cambió de chaqueta por enésima vez, convencido de que si consigue que las obras no se lleven a cabo, conseguirá recuperar el terreno que les fue arrebatado por la coalición PSOE-BNG. Y ya que Fraguiña no puede luchar (se nos queda mayor para esos trotes) su discípulo y fiel alumno Núñez Feijoo lo hará por él.

Y así, con la incoherencia por bandera, el PP ha registrado una enmienda en el Congreso para reducir a menos de la mitad el capital destinado en los Presupuestos del Estado a las obras del AVE en Galicia. Probablemente ese dinero estaría mucho mejor invertido en unas plantitas en calles peatonales de Madrid o Valencia. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño (al que, por cierto, se le acusa de gastar mucho dinerito en pequeños vicios, tales como coches blindados para él solo, aunque no está confirmado) ha contraatacado, ayudado por sus socios del BNG. Que el Congreso aceptase la enmienda sería completamente demagógico, teniendo en cuenta que los presupuestos del Estado fueron debatidos y votados en las cámaras hace muy poco tiempo. De todos modos, lo que tiene sentido y lo que finalmente ocurre parecen divergir a menudo.

Y es que lo del AVE puede parecer una nimiedad, pero no lo es. Galicia ha sido siempre (y sigue siendo) para el conjunto de España una comunidad aislada, pobre, sin importancia. Bien es cierto que su carácter humilde no ha ayudado demasiado a que las miradas del resto del estado resultasen satisfactorias, pero hay que poner énfasis en que, desde el comienzo de la gran crisis económica, Galicia ha sido la única comunidad autónoma cuyo PIB ha aumentado, debido especialmente a sectores como la pesca y el turismo. Ha contribuído activamente a la economía del país en momentos en los que esta se tambalea. Pero, aunque no lo hubiese hecho, ¿es que no se merece una parte de España poder estar comunicada con el resto del estado sin tener que sufrir horas y horas de viaje por carreteras comarcales o vías correspondientes a finales del siglo XIX? El AVE, tal y como están las cosas, resulta imprescindible para que Galicia se desarrolle completamente y llegue a formar parte activa del resto del estado, para que Galicia salga por fin del ostracismo al que se la tiene condenada debido (en parte) a su situación geográfica. El PSOEdeG y, especialmente, el BNG han luchado con los medios con los que contaban para que el proyecto del tren de alta velocidad fuese una realidad. Para muchos galegos, como yo (estudiante en Madrid, nativa de Ourense) eso supondría poder volver a casa un fin de semana sin tener que tragarme seis horas y media de ida y otras seis y media de vuelta, con lo cual el fin de semana se me quedaría en unas escasas 28 horas. Desde luego, a aquellos que pueden permitirse coger un vuelo a Vigo o a Santiago por 250 €, eso les da bastante igual. Y ahí está nuestro amigo Feijoo, luchando por Galicia (por una parte de Galicia). Y digo Galicia, que no Galiza, que hace unos días un diputado del PP tuvo que ser expulsado del Parlamento por no aceptar este término, LEGAL Y PRESENTE EN EL ESTATUTO. Pero eso ya es otra historia...

Que nadie me diga que España ya no es un estado centralista. Al menos, no hasta que tengamos AVE...

4 comentarios:

javixu dijo...

Pues yo te digo una cosa, que viva Galicia, força galiza o como se diga.
Y mira, afortunadamente no tenemos que ver a ese partido centrista-liberal (me río yo solo) en la Xunta.
Y no soy gallego, pero Galicia forma parte de mi vida y de mi esencia.
Las obras se van a llevar a cabo, pero con paciencia...

Besitos

lamotta dijo...

Mi ex-profesor Carlos Taibo, activo anti-globalización, contó el otro día, acotando a alguien pero opinando él lo mismo, lo absurdo que le parecía el AVE entre A y B provincias de Galicia, las cuales ahora no recuerdo(él es gallego). Como decía, le cobran mucho más por un trayecto en el que sólo se ganan una o dos horas que puede pasar leyendo y no perder tanto dinero.
No sé, supongo que no es sólo cosa de dinero ni ideología.
En cuanto a "nuestro caso", el de la Y vasca, pues pienso que es positivo, aunque tiene un coste medioambiental bastante jodido, a parte de lo caro que saldrá, y coño, eso está bien para el que quiera más unión con España. no sé hasta qué punto es eso deseable :P.
Saludos

Anónimo dijo...

¡No sabía yo que Taibo había sido tu profesor!(Qué nivel...)

lamotta dijo...

Sí, me dio política del Este europeo...y ha sido el mejor profesor que he tenido. Habla como un libro, hace chistes, es riguroso...tenía clase por las tardes y no me importaba tener que quedarme en la Autónoma a comer. Era genial.
Eso sí, la semana pasada fui a una conferencia sobre el tema de Georgia(supongo que dijo lo mismo que contaría si viese al Chami) y me quedé dormido, aunque entiendo que no fue su culpa, sino la mía.
Un bico.