miércoles, 20 de enero de 2010

En rojo

Tengo las memorias tan arrugadas que no recuerdan el día de su partida.
Frases sin sentido, eso es lo que quiero decir, lanzo ataques y caricias aleatoriamente, sin fijarme siquiera en la mancha que dejan o podrían dejar.
Me duele la cabeza, los tornillos que no me permiten aflojar el ritmo ni las carcajadas.
Qué cansancio...
Ante todo, un gran semáforo en rojo. Quizás, después, verde.

(Demasiado estudio. Noches insomnes, ausencia, muchos papeles. Paredes que parecen hacerse más pequeñas a cada paso. Digo cosas absurdas; comprensible. Pronto volverán a su coherente verborrea).

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