domingo, 10 de enero de 2010

Vuelta

Vuelta a todo.
A los madrugones (in)cansables, las cuestas (de un lado y del otro), los edificios de cemento.
Vuelta al calor en la habitación y el frío en el pasillo, a la sal en las carreteras, a las narices rojas.
Vuelta a los desayunos sola, con un croissant mixto demasiado caro aunque sabroso, El País (cuando te dejan) y arropada por varias (demasiadas) miradas indeseables.
Vuelta a las decepciones, las llamadas sorprendentes, las pelusas espontáneas, las visitas renovadoras.
A los sueños y las catástrofes.
Vuelta a los cines en versión original (películas buenas y malas), los cafés de Starbucks, las distancias tan distantes. Las esperas en Atocha, Chamartín, Barajas.
Los besos.
Vuelta a las cañas, las carreras porque cierra el metro, las extenuantes esperas al N21.
Las posibilidades.
Vuelta a los escándalos en plena noche, las paredes de papel, una cama a ras de suelo. Los paseos con el Ipod en días de reflexión.
Mi butaca del Ikea. El hastío del comedor. Los vales descuento del Vips. Oes y aes cuando nieva.
Vuelta a las infinitas calles, los resbalones y sus inseparables vergüenzas, los descubrimientos, las brújulas.
Las rebajas, los verbos desconocidos, la búsqueda de identidad.
Vuelta a los abrazos en plena noche (a veces). El calor.

Vuelta a la ciudad que me ve crecer y desfallecer a cada paso. A su inhóspito recibimiento sibarita.
Esperando, esta vez sí, la reconciliación.

1 comentario:

linmer dijo...

He llegado a tu blog por curiosidad a partir de un grupo de facebook que administras (me hizo gracia).

No suelo ir comentando todo lo que leo, pero me ha gustado este post y su estilo... Sólo eso, ¿que más podría decir un desconocido?

Suerte en tu reconciliación.

Saludos