lunes, 16 de junio de 2008

Los blogs-diario

Detesto a la gente que escribe blogs-diario. Bueno, eso no es del todo cierto. A decir verdad, detesto a la gente que escribe blogs-diario ficticios; me parece estupendo que alguien quiera contar su vida en internet (sé que caeré en esa trampa: es demasiado sencillo hacerlo); también la gente que escribe historias de ficción. Son dos modos distintos de enfocar un blog, que incluso pueden fusionarse y llegar a resultar amenos y entretenidos. Ahora bien...

¿Qué hay de esas personas que escriben lo que les ocurre día a día como si de una novela de aventuras se tratara, adornando sus actos (por supuesto) con sendos epítetos dignos del Cantar de Mío Cid y de aliteraciones mastodónticas que pretenden resarcirse en las épicas vivencias del sujeto en cuestión?
¿Qué hay de esas personas que edulcoran su vida describiendo en un blog una popularidad de la que no gozan, unas fiestas que no son más que cataratas de alcohol vividas en soledad, actos sexuales dignos de las páginas doradas del kamasutra que probablemente quedaron en un mero aquí te pillo aquí te mato sin pena ni gloria?
¿Qué hay de esas personas que creen que por compartir una existencia irreal conseguirán sus más deseadas aspiraciones, que son los protagonistas de una película que ha ganado el Óscar al mejor guión original y que ensalzan su personaje sin reparos, dándoselas de triunfadores y héroes al más puro estilo griego, semi-dioses diría, sin perfilar ni la más mínima anécdota de una cruda realidad que seguramente les asedia?

Esas personas me dan lástima.

Hay quien me ha dicho que escribir un blog en plan "existencialista" es muy triste. Creo que este se puede considerar un blog existencialista, por qué no, aunque yo lo definiría más bien como un espacio de reflexión. Anyway, sea triste o no lo sea, creo que ese adjetivo se podría aplicar con mucha más propiedad a los blogs que he definido en los últimos cuatro párrafos.
El problema (o quizás no) es que hay quien se lo cree. Hay quien se queda anonadado ante la hipocresía de unas historias dignas del Señor de Los Anillos, hay quien se acompleja al leer cada día las experiencias vitales de miles de personas que no hacen más que volcar sus expectativas en una bitácora digital, más que nada por si cuela. Y a veces, cuela.

Reconozco que yo era de esas. Era de las que me planteaba qué hacer con mi vida cuando leía que ciertas personas habían viajado al Himalaya nada más que con un sherpa y una lata de atún; que habían disfrutado de una noche de sexo salvaje en un bungalow en Idaho con Kate Moss, John Cusack y Patti Smith; que Paul Auster había elogiado su última novela afirmando que, después de leerla, había comprendido que tenía que retirarse; que Gulliver, a su lado, había tenido una vida anodina y monótona.

Pero ya NO. Yo, no me lo creo.

¿Y vosotr@s?

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