miércoles, 3 de septiembre de 2008

La crisis de los... 19

Otro cumpleaños más. Otro año que se suma a mi DNI. Ya son 19. Con 19 años, mi madre había conocido a un simpático chico en un cámping con el que llevaba saliendo un año. Era una guapa joven morena, con muy buen cuerpo y grandes ojos almendrados. Estaba estudiando magisterio. Era feliz. Con 19 años, mi padre ya tenía un proyecto de futuro con una chica tres años mayor que él, una guapa morena de ojos castaños. Era un chico atlético y alto, jugaba al fútbol y estaba estudiando magisterio de educación física. Poco menos de dos años más tarde ya tenía un empleo fijo y bien pagado, y sus aspiraciones con la susodicha chica morena iban en aumento. En ambas edades era feliz, y en ninguna un parásito de la sociedad.
Me levanto y soy consciente de que es mi cumpleaños; me despiertan los obreros, como el año pasado, mis padres están trabajando, como el año pasado, voy a ver a mis abuelos, como el año pasado, apenas recibo llamadas, como el año pasado.Algunas cosas cambian: peso más, recibo decenas de felicitaciones hipócritas (y quiero pensar que alguna sincera) por el "tuenti" y, además, este año no hay pastel. Por lo demás, todo me resulta extrañamente familiar. La soledad de mis cumpleaños es ya un clásico. Como no, amanece lloviendo. Los 3 de septiembre, en Ourense siempre llueve.
Una vez que me he lavado la cara y quitado las legañas, reflexiono un poco más. Nada ha cambiado, es cierto, pero debería haber cambiado. Hace un año yo no había ido a Madrid, no había conocido a montones de personas desconocidas hasta el momento, hecho montones de cosas nuevas, establecido montones de relaciones. Era una chica que acababa de llegar de Malta, extrañamente morena (por lo antes dicho), mucho más delgada y con ilusión. Sobre todo con ilusión. Iba a emprender la aventura universitaria y estaba nerviosa, pero también emocionada. El 3 de septiembre del año pasado me prometí a mí misma "el año que viene no será igual. Seguro que pasas un cumpleaños estupendo".
Heme aquí. Mirando la lluvia tras el cristal de la ventana. Ya son 19. Y por lo visto, de nada ha servido el año que ha pasado desde los 18. He vuelto al punto de partida. Estoy aquí, esperando comenzar una carrera, con el corazón un poco más desgastadito (eso sí), todavía esperando conocer a... "gente". A lo mejor, "gente" no existe. A lo mejor es que nunca voy a conocer personas que se acuerden de mi cumpleaños por algo más que por el calendario del tuenti, personas que realmente se alegren de verme cuando me vean, personas que sean mi proyecto de futuro. Amistades de futuro. Y seguiré mirando la lluvia tras el cristal de la ventana, más sola que una perra, con 20, 21, 22, 23... Pero los años pasan. Este será mi último año de "teen". Y a los adultos ya no se les permite autocompadecerse.
Así que, dejadme ahora, dejadme, que es mi cumpleaños...
PD: Sí he recibido un regalo. Una llamada a las 12 de la noche desde el otro lado del charco. No me la esperaba. Gracias, Irene.
Justificar a ambos lados

3 comentarios:

lamotta dijo...

Vaya, qué bien les fue a tus padres, lástima que les tocase una hija tan pesimista y visión sesgada de las cosas. A cada uno lo suyo.
Sobre que se acuerden o no, fíjate que yo me he acordado de tu cumpleaños y no me acuerdo del día exacto en el que cumple mi mejor amigo, por ejemplo. Ni mi mejor amiga, de hecho. Así que no creas que tiene demasiado valor.
Las felicitaciones, claro, si para ti son hipócritas nunca dejarán de ser hipócritas. Como todo lo que es gris en tu vida.
Termino diciéndote que esto NO, y definitivamente NO ES UNA CRÍTICA DESTRUCTIVA, que sólo es una reitereación de lo que otras veces te he dicho y que voy a intentar reservarme de hacer más veces, y también con una frasecilla de tu compatriota Yosi: la vida no tiene colores, no es blanca, negra, ni siquiera gris, y si acaso alguno tuviera, sería del color del tiempo, ¿no crees que es así?

Un beso

~AfTer de Rªin** dijo...

Pero crisis ¿por qué? No lo entiendo...Entonces como debería estar mi bisabuela de 89 tacos, madre mia...
Pues eso, que a mi me quedan 6 meses para cumplir los 19 y no veo ningún drama (anque es verdad que me gustaria quedarme con mis 18 forever...xDD)
Anda, animate que la noche es joven!!y nuna mejor dicho;)
Besazoooosss

Óscar Valero dijo...

Deja de mirar la lluvia. Mira como las gotas ceden a la gravedad pegadas al cristal y descienden lentamente. Mira como se besan en masa y clandestinamente. Mira como el sonido hace ritmos impensables, ajenos a la música y a los estilos. Disfruta de la luz de las nubes y de las farolas que tiemblan de frío allá en la calle. La lluvia siempre aparece, no la podemos controlar, pero la forma de mirarla nos pertenece.