sábado, 9 de mayo de 2009

Cerrado por visitas

A pesar de mi (cada vez menos desarrollado) polifacetismo, estos días son días en los que mi cuerpo y mi alma me exigen dedicarme 100% a mis visitantes. Personitas, amigas de toda la vida, ésas que siguen siendo la horma de tu zapato aunque lleves meses sin verlas. La química resurge en segundos como una reacción previsible que encharca mi habitación, hoy llena de pelusas y deshechos de nuestras comidas nocturnas, de un repentino bienestar.
La atmósfera de Madrid, la atmósfera del colegio, a veces parece esforzarse por oprimir aún más este par de pulmones ya de por sí negros de inhalar el humo de la hipocresía. Y, de repente, una bocanada de aire fresco. Tres pares de sonrisas que me traen consigo el olor a carballos, a fentos y, por qué no, al licor café de las noches.
Qué más dan los exámenes que se preparan para asediarme en 10 días; qué más dan las miradas suspicaces de aquellos con los que cada jornada me exige rozarme; qué más dan los dos años que hemos pasado viéndonos menos que nunca: hoy están aquí, a mi lado, y quiero creer que no sólo para visitar Madrid.
Por todo ello, lectores potenciales, abandono el blog hasta que, con pesar, me despida de aquellas personas que están haciendo un alto en el camino ascendente de mi melancolía.
No hay nada mejor que una inyección de energía en forma de abrazos.
Por todo ello
GRACIAS

3 comentarios:

~AfTer de Rªin** dijo...

El reencontrarse con las amigas de verdad, uno de los mayores placeres de la vida :D

Seguro que te revitalizan!

Un beso!

Paloma Vargas dijo...

Siempre que leo o escucho a compañeros "exiliados" en Madrid hablar de sus amigos que quedaron en casa siento una especie de envidia.
Porque yo dejé pocos amigos en casa, y de los pocos que dejé, con menos cuento.

Disfruta de ellas y con ellas.

BECKETT dijo...

La nostalgia es ese sentimiento que se oculta justo detrás del corazón