martes, 17 de febrero de 2009

Lágrimas de San Lorenzo


Déjame sentirme inalcanzable,
por un segundo,
sentir
que las ramas se retuercen
para alcanzar mis destellos
y que los pájaros
heridos
han claudicado el vuelo
al no conseguir emularme.
Déjame sentirme inalcanzable
como un asteroide dormido
que gravita su poder
alrededor de las cegueras,
como un sabio anacoreta
que blinda equilibrio
en toda su discordancia.
Déjame sentirme inalcanzable,
inescrutable, hermética,
soberana en mi autarquía
sentir
la atmósfera plagada de necesidad
y mi oxígeno indiferente.
Deja que me sienta inalcanzable
antes de que las hojas
muertas]
desciendan sus vaivenes
y perturben
la ilusión
inmaculada.

1 comentario:

lamotta dijo...

Cada día estás más guapa.Luego leo el poema ;)