viernes, 20 de junio de 2008

El síndrome de Wendy

Probablemente a muchos de vosotros os suene lo que en psicología es llamado "Síndrome de Peter Pan". Puede que no sepáis mucho sobre la neuropatía que conlleva, pero (ya que todos hemos tenido una infancia similar) me atrevo a afirmar que conocéis la historia del niño que nunca creció, el niño del país de Nunca Jamás: Peter Pan.

A través de la historia, se puede llegar a la conclusión de por qué ese síndrome se llama así y cuáles son sus síntomas. Se da habitualmente en hombres que presentan una gran inmadurez en sus actos, que (como Peter) se niegan a crecer y se encierran en actitudes infantiles que, si bien no tienen por qué darse en todos los aspectos de la vida, se muestran de manera evidente en otros. El ejemplo perfecto es el hombre muy eficiente en su trabajo, pero que se comporta de forma pueril en su vida personal. En general, son personas un tanto narcisistas que no se atan a nada que signifique un compromiso demasiado sólido y que sienten pavor a abrirse sentimentalmente.


Su mellizo es el llamado "Síndrome de Wendy" que, sin embargo, es mucho menos conocido por la sociedad en general, cuando en realidad comprende una serie de síntomas que son tan dolorosos y graves como el "Síndrome de Peter Pan"· Se da generalmente en mujeres que presentan un espíritu de entrega y sumisión total (normalmente) a la pareja o al objeto de su afecto. Necesitan sentirse "mamás" de esa persona (o personas), cuidarla y hacerla feliz. Se sienten desgraciadas cuando no todo el mundo las quiere, e intentan a toda costa que así sea. Para ellas, el amor es sacrificio y tortura, y lo aceptan, aun a costa de su infelicidad. Necesitan sentirse aceptadas continuamente y tienen miedo al abandono y a la soledad.


(ejem... ¿os suena de algo?)



Y es que la historia de Barrie no resulta tan entrañable como nos parecía en nuestra infancia. La historia de Barrie nos muestra un niño huérfano que se acerca todos los días a la ventana de una niña a escucharla contar cuentos. Este niño siente una clara necesidad de afecto, que ella le otorga sin condiciones, mas cuando le propone una relación más solida, que se consolide su cariño, que vuelva con ella al mundo real, él dice NO. El epílogo de esta historia es que cada año Peter Pan vuelve a por ella en primavera, y cuando ella ya es una mujer mayor, casada y con una hija, Peter se lleva a su hija, y después a la hija de su hija, y así sucesivamente, lo cual me parece aún más cruel que el final tradicional del cuento. No sólo no se compromete a estar con ella, sino que sigue utilizando a las mujeres de su familia, logrando que cada generación se quede prendada de su persona, y se frustren al crecer, ya que Peter sigue siendo un niño.


El colofón de toda esta historia es que, si miramos a nuestro alrededor, el Síndrome de Peter Pan está mucho más aceptado socialmente que el de Wendy. Se ven (y cada vez más) hombres (y también mujeres) que viven su vida como si de adolescentes se tratara (aún con 50 años), que eluden responsabilidades de casi cualquier tipo y que, por supuesto, no establecen ningún vínculo afectivo fuerte con nadie. Se les denomina autosuficientes, independientes o "singles", y su forma de vida resulta extrañamente atractiva, incluso está de moda.

Pero... ¿qué hay de las Wendys del mundo? Se dice que son demasiado tradicionales, antiguas, dependientes, inútiles. Eso no es cierto. Hay muchas Wendys que son mujeres (u hombres) inteligentes, con un buen empleo y posibilidades, y lo único que necesitan es dar su amor, por muy cursi que eso suene. Sin embargo, ser una Wendy no está de moda. Desgraciadamente, serlo o no serlo no es algo que se escoja.


(Y, de hecho, no existe una Wendy sin su Peter Pan particular...)

1 comentario:

Mariano dijo...

Hola Arancha, ahora con el texto justificado queda todo mas presentado y bonito :-)

Por cierto ya te comentare las cosas del texto pero me ha gustado mucho. Sigue asi.