domingo, 8 de marzo de 2009

Feliz día, chicas



Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa. Simone de Beauvoir

Desde ‘mujer casada, la pierna quebrada’, son innumerables los refranes españoles que limitan la actividad de la mujer al círculo de los quehaceres domésticos, y, en nuestra clase media, esta idea está profundamente arraigada (...) la preparación de la mujer para algo que no sea estrictamente el matrimonio, aparece todavía, a la mayoría de las gentes como una cosa insólita y que, no sólo no debe ser tomada en consideración, sino que debe ser severamente reprobada o –lo que es peor- ridiculizada (...). Margarita Nelken

La mujer de la nueva sociedad será plenamente independiente en lo social y lo económico, no estará sometida lo más mínimo a ninguna dominación ni explotación, se enfrentará al hombre como persona libre, igual y dueña de su destino. August Bebel

Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Este día sirve como reflexión acerca de las condiciones en las que trabajan y viven las mujeres, y propugna su igualdad frente al género masculino. El origen de esta fecha se remonta a 1857 cuando en Nueva York hubo una marcha de mujeres trabajadoras de una fábrica textil en protesta por las condiciones de su trabajo. En ese mismo día y lugar, en 1908, un grupo de mujeres trabajadoras, costureras industriales de grandes fábricas se declaran en huelga para protestar por sus condiciones laborales, piden un aumento de los salarios, una reducción de la jornada laboral y el fin del trabajo infantil. Básicamente reivindicaban la consecución de la jornada de 10 horas diarias con posibilidad de descanso los domingos, como ya habían conseguido sus colegas varones. Durante esta huelga pacífica las 129 mujeres murieron quemadas en un incendio provocado por el patrón de la fábrica en la que trabajaban, que previamente las había encerrado dentro.

En 1909 se celebró por primera vez en los EEUU el día de la mujer trabajadora respondiendo a una declaración del Socialist Party of America. Este día, 8 de marzo, fue propuesto en 1910 como día internacional de la mujer trabajadora durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca. En 1911, al año siguiente y en respuesta a este decreto, más de un millón de mujeres y hombres europeos participaron en manifestaciones por demandas de igualdad para la mujer. El 8 de marzo de 1977 la oficina de los Naciones Unidas declaró ‘El Día Internacional de Mujeres Trabajadoras’.

La fecha sigue celebrándose hoy en día con más motivos, a mi buen entender, que nunca. No hay nada más peligroso que una sociedad que no reconoce sus propios errores. La sociedad occidental del siglo XXI, sumida en crisis económicas y ordenadores de bolsillo, se ha olvidado de sus valores más primarios, así como de sus propios defectos. Cubriéndolos con parches, se hace la loca ante una herida que, si bien ha sido intervenida más de una vez, aún es susceptible de volver a abrirse, y está muy lejos de cicatrizar. Las mujeres del mundo desarrollado no han alcanzado todavía la igualdad en muchos aspectos como en el salario (cobran menos que los hombres desempeñando el mismo trabajo, sufren más despidos...). Además, las labores domésticas y la responsabilidad de la familia recaen exclusivamente en la mujer al igual que el cuidado de familiares enfermos, minusválidos, personas con dependencia... Esto sin hacer referencia a las apabullantes cifras por violencia de género que se siguen dando, sin ir más lejos, en España. En los países del tercer mundo, la situación es mucho peor: las mujeres se ocupan exclusivamente del trabajo, la alimentación, la familia... (cultivan la tierra, van por agua y la transportan, dan de comer a los animales, cuidan de la familia...) y en la inmensa mayoría son objeto de abusos sexuales y maltratos. La consecución de la igualdad puede tardar décadas, incluso siglos. Es, por lo de pronto, un tímido intento de cambio que se ve arrastrado por la marea de desastres culturales que se nos inculcan desde niños, muchos de ellos sin darnos cuenta. Por ello debemos seguir luchando. Para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad, no una utopía.

Ni barbie, ni puta, ni loca, ni analfabeta, ni esclava, ni doncella, ni solícita, ni sumisa, ni trofeo, ni adorno, ni lujuria. Ni tan siquiera musa.
Mujer, ante todo, mujer; reflejo de las que fueron. Digna como las rocas que resisten al oleaje sin sucumbir a la erosión. Plena como los destinos de quienes soñaron con alcanzar el horizonte, y partieron a su encuentro. Madre, yerma o fecunda; hermosa, aun lejos de bellezas límpidas; débil (pero tan fuerte...).

Mujer. Ante todo, mujer.


Feliz día, chicas

3 comentarios:

javixu dijo...

Aunque llegue un poco tarde... enhorabuena para tí también por ser mujer.
Sirva el beso que te envío como homenaje a todas las mujeres que luchais por la igualdad.

Anónimo dijo...

Y qué viva Simone.

G. dijo...

Como adoro a Frida... es mi idolo. Oye, escucha esto y dime si es gallego, porfi, y de que va la letra... porfi porfiiiiiiiiiiiii andaaaaaaa

http://www.goear.com/listen/f0a1214/%C2%A1Qu%C3%A9-calor!-Aerolineas-Federales