miércoles, 4 de marzo de 2009

Rihanna o el entretenido cuento de la información inmoral

Junto a un titular que estipula que, en nuestro país, las mujeres cobran casi un 20% menos que los hombres, me encuentro escalofriantes cifras de muertes por violencia machista. Sin embargo, casi como un acto reflejo, y tras un breve suspiro y una mirada al cielo, paso la página y continúo leyendo datos sobre la crisis. Parece mentira la frialdad con la que los medios informan sobre este tipo de cuestiones (más preocupados por los detalles morbosos y sanguinolentos que por el acontecimiento en sí), así como nuestra indiferencia ante ellas, ya hartos de tripas y desgracias . Y qué más da que mueran 500 personas en un atentado, si es el pan de cada día. Incluso nos parecen pocas, oye. Ahora bien, hay ciertos hechos, noticias concretas, que, bien por su concreción, bien porque nos resultan curiosas o porque hay actores implicados que no acostumbramos a ver en ese rol, nos llaman la atención. Quizás también por el morbo, quién sabe, pero lo cierto es que es así.
Por eso a muchos no se les pasó por alto lo ocurrido hace unas semanas, cuando salió a la luz que el famoso rapero Chris Brown había propinado una paliza a su novia, nada más y nada menos que la cantante Rihanna. La agresión desfiguró parcialmente la cara de la cantante, que tuvo que ser ingresada en el hospital. Y como en este tipo de casos el componente visual es importante, aquí podéis ver una foto no apta para pupilas sensibles. Por mi parte, me abstengo de ponerla en el blog, porque el caso no es tanto cómo terminó la pobre Rihanna tras la paliza sino el acongojante desenlace.
Tras unas semanas de expectación, la prensa rosa filtra que Rihanna (ya dada de alta) se encuentra en la isla privada de su colega Diddy junto a su ex-novio, el maltratador. Él lanzó un comunicado público en el que se disculpaba por su actitud (como si de una simple rabieta se tratase) y ella aceptó las disculpas trasladándose a la isla caribeña para intentar "arreglar las cosas".
Sí, a mí también me parece absurdo. Pero hay que tener en cuenta que en los casos de maltrato, desde el más expuesto a los focos hasta el más privado, el maltratador mina la moral de su víctima hasta tal punto que llega un momento en el que ella llega a convencerse de que merece ser castigada. No se puede observar desde un prisma objetivo, hay que profundizar en el factor psicológico de los hechos. El primer paso de un maltrato no es levantar la mano, sino atacar a la autoestima, despreciar. Por lo tanto, el punto de vista que podríamos considerar más racional no es el enfoque correcto desde la perspectiva moral o, yo aun diría más, desde la perspectiva más anclada al conocimiento del problema en cuestión.
Pero lo de los medios yankis no tiene nombre. Ni siquiera emprendieron este camino, el de "vaya tía tonta, mira que volver con el tío que le pegó", sino que se han dedicado a pregonar la reconciliación de la pareja como una buena noticia, como si de dos pobres almas en desgracia se tratase, como el final de un cuento de hadas en el que la princesa al fin puede estar con el príncipe tras las funestas intervenciones del mal en sus más diversas formas. (Ahora bien, ¿qué pasaría si el príncipe resultase el malo del cuento?).
Este modo de "informar" (por llamarlo de alguna manera) ha desatado en mí todo tipo de sensaciones que han ido desde la rabia hasta la tristeza y, finalmente, la desesperación. No se puede pretender arreglar el mundo así. No se puede.

Y me veo a mí misma, como un Pinocho maniatado, sentada en el pupitre de un curso de aspirante a prostituta...

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