martes, 21 de abril de 2009

Preguntas retóricas

¿Sería feliz Aristóteles cuando, desterrado y moribundo, caminaba con pesar cada paso que lo alejaba de su tierra? ¿Pensaría, acaso, que aquel, a pesar de triste, era un digno final para un hombre que defendía sus ideas? Y, ¿qué hay de Dante, expulsado de su Florencia natal, con tan sólo unos pergaminos bajo el brazo y con la única compañía de una imaginaria y vilipendiosa Beatriz ?¿Pensaría Gutemberg, al pie de la horca, que había sido una buena idea mostrar al mundo que la tierra era redonda? ¿Acaso Kafka, Nietzche, Poe, Rimbaud, grandes pensadores y literatos, no hubiesen cambiado sus maravillosas obras por unos instantes de comprensión?

La raza humana es compleja y diábolica. Ha llegado a configurar una serie de redes, de patrones preestablecidos surgidos, según los religiosos, del más allá; según los ateos, de no se sabe muy bien dónde, que se acatan y se siguen a rajatabla aun con la conciencia (ignorante, si se me permite) de la deseada libertad. ¿Es libertad vivir entre los barrotes de una cárcel impuesta por una sociedad sin cabeza que se autocondena al mimetismo? ¿Es, pregunto, libertad obedecer unas normas no escritas, a menudo perjudiciales para los propios deseos del hombre, que proceden de unos altos estamentos no conocidos aunque sí temidos precisamente por su poder de aglutinamiento de masas?

En un siglo XXI en el que la independencia está tan de moda como las camisetas del Che Guevara, la revolución se extingue lentamente como una cerilla perdida en las fauces de la noche. Todo está controlado. Todo responde a un proyecto implacable por ordenar nuestros pensamientos o, lo que es peor, nuestros sentimientos en carpetas de plástico duro que se archivan por colores según grados de intensidad. Ya no hay génesis ni nacimiento, sino sumisión . Y aquellos, aquellos que osan traspasar la línea de lo coherente, de lo tolerable , son relegados al más profundo de los abismos: a la exclusión, al rechazo.
Es tan sencillo ver una película, leer un libro, mantener una interesante conversación sobre aquellos personajes que han marcado la historia... esos personajes, esos visionarios que, en uno u otro campo, han contribuído a que lleguemos hasta aquí, a que nuestra historia sea esta y no otra, a través de sus errores y sus azañas. Sus ideas, su pensamiento. Resulta curioso observar como la mayoría eran despreciados en su época, llegándose a comprender su forma de ver el mundo con años, incluso siglos de retraso, momento en el que sus tesis son admiradas; sus cuadros, subastados por miles de millones; sus escritos, convertidos en best sellers; sus caras, en cada libro de texto.

Mas, he aquí la cuestión. Los grandes luchadores, los grandes revolucionarios intelectuales, ¿no se arrepentirían nunca de haberlo hecho? ¿No verían sus grandes ideas caer en saco roto al mirar a su alrededor y no contemplar más que vacío y miradas críticas? ¿En qué se apoyan, precisamente, esos ficheros, esos enormes archivos que registran las únicas doctrinas que pueden ser aceptadas? Se apoyan en el miedo. En el miedo a la soledad. Porque nadie es autosuficiente, ni siquiera ese Dios al que muchos rezan y otros tantos autobuses niegan. Porque tuvo que crear al hombre, y éste pidió una Eva, porque no podía estar solo. Y sucumbió a comer la manzana, aun a pesar de sus creencias, por ella. Quizás porque la muchacha tenía portentosos pechos o encantadoras sonrisas, pero, en síntesis, por no estar solo. Solo contra el mundo, que en aquel momento, era aquella Eva que lo miraba con ojos solícitos.

¿Qué satisfacción puede provocar la defensa de unos ideales frente a la condena a un ostracismo inevitable?
¿Qué felicidad personal puede obtenerse del suicidio de la obtención de cariño, aun en base a unas fuertes convicciones propias?

O... dicho de otro modo... ¿sucumbir o no sucumbir?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me decanto por la hipnopedia de Huxley y, si hubiese sido Neo, me hubiese tomado la jodida pastilla azul y a vivir.

Porque ser libres, oh, qué difícil decisión.

Eliuth Angulo T.S.U. Procesos de Producción dijo...

supongo que no es tan malo.

Eliuth Angulo T.S.U. Procesos de Producción dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.